«Y yo canto, así que debo ser Coque Malla».

Coque Malla (presentando a su grupo ayer en un concierto)

Identidad

Entonces se metió en su cartera, descendió a ella, y hacerlo fue como ver su vida desde fuera, a tamaño natural. «Este soy yo», pensó. Resultó que guardaba dos tipos de documentos, unos que hablaban de él y otros que hablaban de otras personas. De otras personas tenía tarjetas de visita, fotografías, números de teléfono, un calendario con una chica desnuda. Hasta las monedas y billetes tenían rostros ajenos. Entre sus documentos, un carné de la seguridad social, otro de donante de sangre, otro de la biblioteca, tarjetas de crédito, y luego su carné de identidad, la cárcel más pequeña que existe, la que menos te deja crecer. De pronto le pareció que todos esos cartones eran los que le daban permiso para vivir, y especialmente que el de identidad le daba permiso para ser. Entonces sintió ganas de desangrarse, de quemar todos los libros, de sacar el dinero del banco y tirarlo por la calle. Tuvo ganas de salir de la cárcel, de vivir sin permiso, de ser sin pensarlo, cerrar la cartera, tirarla al río, empezar de cero.

«Guarda el catalejo y tira el mapa.»

Josele Santiago

¡Por el clítoris!

Y tu mamá también

«El bien es una conquista.»

Alejandro Gándara 

«Tú lo tienes, seguro tú lo tienes.»

Los Ronaldos